Ecología

Consejos para reducir tu huella de carbono

La huella de carbono es la cantidad de gases de efecto invernadero (GEI) que produce una persona, evento, fabrica o producto dentro de un periodo de tiempo y el impacto que genera en el medio ambiente.

Los gases de efecto invernadero se pueden dividir en 6 diferentes tipos

  • Vapor de agua (H2O) se obtiene por evaporación o ebullición del agua líquida o por sublimación del hielo. Es el que más contribuye al efecto invernadero debido a la absorción de los rayos infrarrojos.
  • Dióxido de carbono (CO2) Es el principal responsable del efecto invernadero. La concentración en la atmósfera es debido a la utilización de combustibles fósiles para procesos industriales y medios de transporte.
  • Óxidos de nitrógeno (NOx) lo producen fuentes como las centrales térmicas, tubos de escape de automóviles y motores de aviones, quema de biomasa y fabricación de nailon y ácido nítrico.
  • Ozono (O3) Se origina por la quema de fuentes de energía contaminantes.
  • Clorofluorocarbonos (CFC) Tienen múltiples usos en las industrias y en sistemas de refrigeración como componentes de aerosoles, producción de aluminio o aislantes eléctricos. Se encuentran en pequeñas concentraciones en la atmósfera, pero son potente en el efecto invernadero.
  • Metano (CH4) En la naturaleza se produce como producto final de la putrefacción anaeróbica de las plantas. Es un GEI unas 23 veces más potente que el CO2.

En el caso de una fabrica, la huella de carbono se calcula teniendo en cuenta todas las etapas del ciclo de vida de un producto o de una acción, desde su producción hasta su disposición final, y puede incluir las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por la extracción y el transporte de materias primas, la fabricación del producto o su uso.

El cálculo de la huella de carbono de una persona se realiza generalmente en el periodo de un año y el resultado depende de las actividades que se realicen, forma de transporte, consumo de energía, tipo de alimentación y residuos que genera.

La huella de carbono es una herramienta importante para comprender y gestionar el impacto ambiental de nuestras actividades y decisiones cotidianas. Al medir nuestra huella de carbono y trabajar para reducirla, podemos contribuir a la lucha contra el cambio climático y proteger nuestro planeta para las generaciones futuras.

Veamos algunos consejos para reducir nuestra huella de carbono:

1- Reduce el consumo de energía: Apaga los electrodomésticos cuando no los estés usando, utiliza bombillas LED de bajo consumo y aprovecha la luz natural en lugar de utilizar la artificial. De esta manera, reducirás la cantidad de energía que consumes y, por lo tanto, las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas.

2- Utiliza medios de transporte ecológicos: Camina, anda en bicicleta o utiliza transporte público en lugar de conducir un coche. Si necesitas un coche, considera comprar uno híbrido o eléctrico. Al utilizar medios de transporte más amigables con el medio ambiente, reducirás la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero producidas por tu actividad.

3- Reduce el consumo de carne: La producción de carne está asociada a la huella hídrica, se necesitan aproximadamente 15.000 litros de agua para producir un kilo de carne. El transporte para la distribución de productos consume combustibles fósiles (petróleo o gas natural) y los animales liberan gas metano, uno de los principales causantes del efecto invernadero. No es necesario cambiar completamente la dieta pero sí hacer pequeños cambios y disminuir su consumo u  optar por opciones vegetarianas o veganas.

4- Ahorra agua: El agua es un recurso valioso y su tratamiento y transporte consume energía. Ahorra agua en tu hogar utilizando tecnología eficiente y reduciendo el tiempo de ducha  y al lavar la ropa y los platos. De esta manera, estarás reduciendo la cantidad de energía necesaria para tratar y transportar agua.

5- Reducir, reutilizar y reciclar: Este uno de los principios fundamentales del cuidado al medio ambiente y el objetivo principal es disminuir el volumen de residuos.

  • Reducir la compra y consumo de productos, también el tipo de material empleado, inclinarse por aquellos que son biodegradables.
  • Reutilizar y dar mayor utilidad a las cosas antes de deshacernos de ellas.
  • Reciclar los productos que ya no se utilizan, lograr la transformación y aprovechamiento de los materiales, esta acción se minimizan los gases y toxicos que puedan generarse durante la fabricación. Con el reciclaje se debe seleccionar el material o sustancia que es apta para volver a ser útil dependiendo su procedencia y tipología.

 Los contenedores de reciclado se dividen en 5

  • Orgánico
  • Inorgánico
  • Papel
  • Vidrio
  • Envases

6- Compra productos locales y de temporada: Comprar productos que han sido cultivados o producidos cerca de tu hogar y en temporada reduce la cantidad de energía necesaria para transportarlos y almacenarlos. Además, al comprar productos locales, estás apoyando a la economía local.

7- Utiliza energía renovable: Si tienes la opción, utiliza energía renovable para alimentar tu hogar. De esta manera, estarás utilizando una fuente de energía limpia y reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero. Una opción es la energía solar a través de paneles.

8- Reduce el uso de plástico: este material es uno de los mayores contaminantes del medio ambiente, algunos tipos de plástico tardan hasta 1.000 años en desintegrarse y se producen alrededor de 335 millones de toneladas de plástico cada año. La huella plástica es tan importante como la huella hídrica o la huella de carbono, debemos reducir o rechazar productos desechables como pajillas, tazas de café, cubiertos, platos , bolsas y botellas, en su lugar podemos utilizar bolsas de tela, termos y cubiertos de otros materiales.

9- Instalar un huerto urbano o un jardín: si es posible y el espacio lo permite, producir algunos alimentos en casa reduce tiempos y costos. Macetas con árboles frutales o cajones con algunas verduras son buena opción. No olvides Sembrar plantas endémicas, las especies que son propias de la región, se adaptan con mayor facilidad, no requieren mayor riego y absorben más CO2.

10- Comprar menos ropa, reutilizarla o donarla:  la moda rápida y de bajo costo que se renueva cada temporada genera grandes cantidades de basura textil difícil de gestionar y es tan contaminante como el plástico. El 90% de la ropa que ya no usamos terminan en vertederos. La solución a este problema es reutilizar, donar o comprar en tiendas de segunda mano.

Cada una de estas acciones puede ayudar a reducir la huella de carbono de una persona, pero recuerda que lo más importante es ser consciente de tu consumo y reducirlo siempre que sea posible. Además, cada pequeña acción cuenta, y al trabajar juntos podemos lograr un gran impacto en la lucha contra el cambio climático.

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